Una mesa para dos
muestra a una dama sola
que sueña un porvenir
en la quietud que añora.
Caballeros andantes
que recuerda por si sola,
hoy anhela el amor
de esa persona piola.
Un licuado de durazno,
un tostado a su lado
compartiendo así de simple
la mirada exploradora.
Escudriña así la vida
de personas allí a su lado
más tranquila lo realiza
ya que nadie lo ha notado.
domingo, 13 de diciembre de 2009
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Hola Vivi,
ResponderEliminarComo ya te he dicho anteriormente, siempre es un placer pasar por aqui.
Precioso poema.
Besos.
Fer.
Hay momentos cuando estoy sola que me pongo a observar a los demás. Ysii tuviera ese licuado tuyo de durazno lo disfrutaría más...como tu poema.
ResponderEliminarTe dejo muchos saludos desde Berlín.