Debajo de la galería aquella
un sonido se entrelaza
con dulces melodías
que entona una bandada.
Los vientitos mañaneros
O tan sólo una brisa,
hacen mover los hilos
dulces ángeles sin premisas.
Suena , por aquella galería,
impregna un aura particular
recordando la presencia
de seres en total paz.
Este sonido etéreo
de metal con claridad
te transporta a lo lejos
y armonía brinda ya.
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¡Ah! Yo tenía un llamador de aluminio que me encantaba escucharlo. Un día mi nietito lo pidió y el baboso del abuelo (mi marido) se lo dio y CHAU! Adiós llamador.
ResponderEliminarUn besote!!
Me has transportado a épocas pasadas... cuando el afilador de cuchillos pasaba por nuestra calle utilizaba su llamador. y por la forma como lo tocaba, se le podía reconocer...
ResponderEliminarRecibe un saludo desde Berlín.